domingo, 27 de octubre de 2013

'Haz el amor y no la guerra' se inventó en la Antigua Grecia.

Nos tenemos que remontar a la Guerra del Peloponeso. Este conflicto bélico entre Esparta y Atenas, en el S. V a.C., sirvió de inspiración al dramaturgo griego Aristófanes, que escribió su famosa Lisístrata.

Esta obra relata un alzamiento de las mujeres, en medio de esta guerra, en el que la propia Lisístrata (heroína de la comedia cuyo nombre significa “la que disuelve ejércitos”) reúne a las mujeres de ambos bandos, comprometiéndose a iniciar una huelga de tipo sexual para que ninguna de ellas tenga relaciones sexuales con su esposo o amante hasta que la guerra haya concluido. Aunque, al principio, la idea no termina de convencerlas (Cleonice, una vecina suya afirma: “...cualquier otra cosa que quieras. Incluso, si hace falta, estoy dispuesta a andar por fuego. Eso antes que …, que no hay nada comparable, Lisístrata, guapa.”), la asamblea de mujeres helenas termina por aceptar las propuestas: abstinencia sexual y toma por parte de las mujeres de la Acrópolis ateniense, lugar donde se guardaba el tesoro de Atenas.

La estrategia de Lisístrata consigue finalmente su objetivo y los hombres, incapaces de aguantar la abstinencia, deciden firmar la paz. El final celebra la felicidad alcanzada: hay una comida de reconciliación entre atenienses y espartanos, se reconcilian también hombres y mujeres y todo concluye entre danzas y cantos.


Juramento inicial (fragmento)

Lisístrata: Lampito, todas las mujeres toquen esta copa, y repitan después de mí: no tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Cleónica: No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante.
Lisístrata: Aunque venga a mí en condiciones lamentables.
Cleónica: Aunque venga a mí en condiciones lamentables. (¡Oh Lisístrata, esto me está matando!)
Lisístrata: Permaneceré intocable en mi casa.
Cleónica: Permaneceré intocable en mi casa.
Lisístrata: Con mi más sutil seda azafranada.
Cleónica: Con mi más sutil seda azafranada.
Lisístrata: Y haré que me desee.
Cleónica: Y haré que me desee.
Lisístrata: No me entregaré.
Cleónica: No me entregaré.
Lisístrata: Y si él me obliga.
Cleónica: Y si él me obliga.
Lisístrata: Seré tan fría como el hielo y no le moveré.
Cleónica: Seré tan fría como el hielo y no le moveré.
(...) Lisístrata: ¿Todas han jurado?
Mirrina: Todas.